Foro de asuntos regulatorios para la sociedad civil. Bogotá, marzo 14
30 abril, 2024María Fernanda Serrato – 9 años y mamá Paula Gutiérrez
30 abril, 2024¿Cómo fortalecer la comunicación entre los padres y sus hijos con cáncer?
Boletín No. 120 Enero - Marzo 2024
La comunicación no solo se limita a lo verbal, también comunicamos con nuestro lenguaje gestual, con nuestras actitudes, e incluso con el silencio. Por esto, aunque muchos padres elijan no decir nada a sus hijos sobre el cáncer, ellos pueden leer en sus actitudes y expresiones no verbales que algo grave está ocurriendo.
Algunos padres se sienten inclinados a ocultar información para proteger a sus hijos del dolor o la angustia que sentirán al recibir información sobre el diagnóstico y tratamiento, pero a pesar del impacto que pueda generar, brindar esta información ayudará al niñ@ a confiar en los padres y en el equipo médico.
Para hablar sobre el cáncer con los hijos, se debe tener en cuenta la edad cronológica del niño y su nivel de desarrollo, y de acuerdo a esto adaptar las explicaciones para hacerlas más o menos profundas y para dar mayor o menor cantidad de información de acuerdo a la demanda de cada niño.
Es recomendable promover una comunicación fluida y clara, en donde no se oculte información, ni se omita la palabra cáncer. Se entiende que esta palabra genere angustia y que en su deseo de proteger al niñ@, se omita con o sin intención, sin embargo, muchas veces esto resulta contraproducente, debido a que cualquier miembro del equipo médico podría mencionarla, generando confusión y desconfianza en el niño.
Se debe partir de que el niñ@ ya sabe que algo importante está sucediendo con su salud. De otra manera, estaría en casa después de la visita al pediatra. Partir de este supuesto y promover una comunicación honesta sin temor a expresar el dolor, la angustia o la ansiedad que los dos viven, ayudará a desarrollar una comunicación colaborativa y a afianzar el vínculo entre padres e hijos.
Por último y no menos importante, es recordar que también se puede acompañar desde el silencio, no siempre se debe tener una conversación; en ocasiones acompañar, abrazar, escribir los sentimientos y emociones, y estar presente sin decir nada, también es reconfortante. Esto ocurre muchas veces con los adolescentes, con quienes suele ser más difícil dialogar.
SINDERS RINCÓN PADILLA
Psicóloga Especialista en Salud familiar y comunitaria
Coordinadora del Programa de Cáncer Infantil
Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma