Funcolombiana llevó a cabo el simposio reflexiones y oportunidades en torno al diagnóstico y tratamiento del mieloma múltiple en Colombia. Septiembre 01
22 septiembre, 2021Encuesta a pacientes con cáncer en el marco de la 2da y 3ra ola de la pandemia por Covid-19
2 octubre, 2021¿Cuáles son las emociones más frecuentes que experimentan los pacientes con cáncer durante su proceso de diagnóstico y tratamiento, y como dar un manejo adecuado?
Boletín No. 110 Agosto 2021
Un paciente que es diagnosticado con cáncer experimenta una transformación radical en su vida, que le significa a menudo un reajuste en diversas áreas.
El miedo generalmente es la emoción más presente ya que es inevitable asociar la enfermedad con la muerte, pero adicionalmente producen miedo la perdida de capacidad física, el dolor, los cambios físicos producto de la enfermedad o el tratamiento, y las percepciones negativas frente a su futuro.
La ira y la culpa también son frecuentes, los pacientes suelen preguntarse ¿Por qué a mí? ¿Qué hice mal?, es inevitable sentir frustración por esta noticia inesperada que llega a alterar la normalidad de la vida.
La tristeza es expresada por la mayoría de pacientes con comportamientos de aislamiento, poca comunicación, pensamientos negativos y labilidad emocional. Las emociones suelen ser muy cambiantes a lo largo de todo el proceso, y cada paciente las experimenta de manera distinta, algunos por ejemplo han expresado con cierta sorpresa que su diagnóstico lo tomaron con calma y tranquilidad, otros con rabia y frustración, y todo está bien, toda esta emocionalidad es normal cuando se recibe una noticia tan impactante.
Si bien el diagnóstico es la etapa de mayor impacto emocional, a lo largo del tratamiento se puede experimentar una montaña rusa de emociones, en razón de los distintos momentos que se viven durante el proceso. Hay días buenos y otros no tan buenos, así que es normal tener días de optimismo y días de total incertidumbre o ansiedad.
Lo recomendable es que el paciente pueda expresar todas sus emociones y entender que estas no son ni buenas ni malas, simplemente reconocerlas, aceptarlas, hablar de sus sentimientos, escuchar y darse la oportunidad de recibir apoyo emocional que le ayude a digerir todo aquello que está viviendo. Apoyarse en la familia o persona significativa y compartir con ellos estas emociones, también ayudará a conectarse con los suyos de manera honesta, así sea desde el dolor, el miedo o la fortaleza. Cuando nos damos permiso de expresar, de llorar y de mostrar nuestra debilidad, nos hacemos más fuertes y en consecuencia, recobramos fuerzas y energía para seguir adelante y afrontar la nueva situación de salud y los cambios que esta traiga.
La ira y la culpa también son frecuentes, los pacientes suelen preguntarse ¿Por qué a mí? ¿Qué hice mal?, es inevitable sentir frustración por esta noticia inesperada que llega a alterar la normalidad de la vida.
La tristeza es expresada por la mayoría de pacientes con comportamientos de aislamiento, poca comunicación, pensamientos negativos y labilidad emocional. Las emociones suelen ser muy cambiantes a lo largo de todo el proceso, y cada paciente las experimenta de manera distinta, algunos por ejemplo han expresado con cierta sorpresa que su diagnóstico lo tomaron con calma y tranquilidad, otros con rabia y frustración, y todo está bien, toda esta emocionalidad es normal cuando se recibe una noticia tan impactante.
Si bien el diagnóstico es la etapa de mayor impacto emocional, a lo largo del tratamiento se puede experimentar una montaña rusa de emociones, en razón de los distintos momentos que se viven durante el proceso. Hay días buenos y otros no tan buenos, así que es normal tener días de optimismo y días de total incertidumbre o ansiedad.
Lo recomendable es que el paciente pueda expresar todas sus emociones y entender que estas no son ni buenas ni malas, simplemente reconocerlas, aceptarlas, hablar de sus sentimientos, escuchar y darse la oportunidad de recibir apoyo emocional que le ayude a digerir todo aquello que está viviendo. Apoyarse en la familia o persona significativa y compartir con ellos estas emociones, también ayudará a conectarse con los suyos de manera honesta, así sea desde el dolor, el miedo o la fortaleza. Cuando nos damos permiso de expresar, de llorar y de mostrar nuestra debilidad, nos hacemos más fuertes y en consecuencia, recobramos fuerzas y energía para seguir adelante y afrontar la nueva situación de salud y los cambios que esta traiga.
Carlos Julián Segura Tobar
Psicólogo Universidad Católica de Colombia
Psicólogo del programa de paciente adulto
Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma
Psicólogo Universidad Católica de Colombia
Psicólogo del programa de paciente adulto
Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma