Debo recibir un tratamiento de quimioterapia, ¿Qué debo saber?
21 marzo, 2020Seminario sobre evaluación de tecnologías en salud con enfoque al paciente
22 marzo, 2020¿En qué consiste la terapia CAR-T Cell?, ¿Qué indicaciones tiene y cuándo estará disponible en Colombia?
Boletín No. 96 Febrero / 2020
La inmunoterapia, es un tipo de tratamiento que se encarga sacar ventaja de las defensas naturales del organismo para identificar y atacar el cáncer. A diferencia de la quimioterapia, está dirigida contra marcadores específicos de células tumorales con el fin de erradicarlas. La quimioterapia por su parte, destruye los diferentes tipos de cáncer pero de forma indiscriminada, produciendo en ocasiones daño a otros órganos del cuerpo debido a su baja especificidad contra el tumor. Por lo tanto, la inmunoterapia tiene un enfoque promisorio dada su especificidad y relativa baja toxicidad, además de tener potencial curativo.
Dentro de los diferentes subtipos de inmunoterapia, la terapia celular ha captado enorme atención en los últimos años. Esta terapia es personalizada y allí las células del sistema inmune (las defensas) son tomadas de cada paciente para modificarlas. Los avances en el campo de la terapia génica, biología celular e identificación de marcadores específicos de células tumorales, ha hecho posible modificar genéticamente las células del sistema inmune, específicamente las llamadas células T en función de mejorar su capacidad de identificar y destruir células tumorales. Estas células T modificadas genéticamente reciben el nombre de Células T con receptor de antígeno quimérico (CAR-T cell por sus siglas en ingles [Chimeric antigen receptor – T cell]). Esta molécula quimérica, ahora presente en las células T que han sido modificadas genéticamente por medio de un tipo de virus, es capaz ahora de reconocer marcadores específicos de células tumorales, activarse y destruir el tumor.
Si bien los resultados de los ensayos clínicos han sido muy promisorios, sobre todo en pacientes con enfermedades avanzadas o sin respuesta a los tratamientos disponibles, su beneficio parece ser mayor en pacientes con tumores hematológicos a diferencia de los tumores sólidos, en los cuales los resultados han sido discretos.
Han sido estudiadas sobre todo para tratamiento de leucemias agudas y en mieloma múltiple aunque están en desarrollo para otras patologías. Sin embargo, las CAR-T cells, tienen limitaciones inherentes a su biología, las cuales limitan su eficacia. Por ejemplo, las CAR-T cells convencionales usan un solo objetivo (un solo marcador) de las células tumorales, por lo que el tumor es capaz de disminuir la expresión de este marcador y escapar a las CAR-T. Actualmente están en desarrollo CAR-T contra dos o más marcadores específicos de células tumorales para mejorar su mecanismo de acción. Las CAR-T cells, también pueden eventualmente disminuir su capacidad de identificar y destruir el tumor (CAR-T Exhaustas) en unas pocas semanas, por lo que en caso de sobrevivir algunas células tumorales, podrían presentarse casos de recaídas. Otra dificultad es el poco control que se puede tener sobre las CAR-T en términos de activación y expansión de ellas mismas una vez son ingresadas al organismo del paciente, pudiendo presentarse efectos adversos serios, descritos en por lo menos el 30% de los pacientes que han participado en estos ensayos clínicos, manifestándose como fiebre, inflamación, toxicidad neurológica, hipotensión (baja de tensión arterial) y muerte. Este efecto adverso, se conoce como “síndrome de liberación de citoquinas” y se produce como consecuencia de una activación descontrolada del sistema inmune ante la reacción frente al tumor y una carga tumoral alta. Aunque este efecto adverso es controlable con diferentes terapias, puede comprometer la vida del paciente.
Aunque existen actualmente varios tipos de CAR-T cells aprobadas para comercialización, su exorbitante costo, y la necesidad de infraestructura especializada para su elaboración ha dificultado la llegada de estas al país. Se calcula que el precio promedio de las CAR-T cells aprobadas para comercialización en Estados Unidos, Canadá y Europa está alrededor de medio millón de dólares, por lo que hasta la fecha no se ha contemplado su ingreso para comercialización en países de Latinoamérica. Esperamos que en un futuro no muy lejano estas barreras puedan sortearse para poder disponer de ellas en Colombia.
Dentro de los diferentes subtipos de inmunoterapia, la terapia celular ha captado enorme atención en los últimos años. Esta terapia es personalizada y allí las células del sistema inmune (las defensas) son tomadas de cada paciente para modificarlas. Los avances en el campo de la terapia génica, biología celular e identificación de marcadores específicos de células tumorales, ha hecho posible modificar genéticamente las células del sistema inmune, específicamente las llamadas células T en función de mejorar su capacidad de identificar y destruir células tumorales. Estas células T modificadas genéticamente reciben el nombre de Células T con receptor de antígeno quimérico (CAR-T cell por sus siglas en ingles [Chimeric antigen receptor – T cell]). Esta molécula quimérica, ahora presente en las células T que han sido modificadas genéticamente por medio de un tipo de virus, es capaz ahora de reconocer marcadores específicos de células tumorales, activarse y destruir el tumor.
Si bien los resultados de los ensayos clínicos han sido muy promisorios, sobre todo en pacientes con enfermedades avanzadas o sin respuesta a los tratamientos disponibles, su beneficio parece ser mayor en pacientes con tumores hematológicos a diferencia de los tumores sólidos, en los cuales los resultados han sido discretos.
Han sido estudiadas sobre todo para tratamiento de leucemias agudas y en mieloma múltiple aunque están en desarrollo para otras patologías. Sin embargo, las CAR-T cells, tienen limitaciones inherentes a su biología, las cuales limitan su eficacia. Por ejemplo, las CAR-T cells convencionales usan un solo objetivo (un solo marcador) de las células tumorales, por lo que el tumor es capaz de disminuir la expresión de este marcador y escapar a las CAR-T. Actualmente están en desarrollo CAR-T contra dos o más marcadores específicos de células tumorales para mejorar su mecanismo de acción. Las CAR-T cells, también pueden eventualmente disminuir su capacidad de identificar y destruir el tumor (CAR-T Exhaustas) en unas pocas semanas, por lo que en caso de sobrevivir algunas células tumorales, podrían presentarse casos de recaídas. Otra dificultad es el poco control que se puede tener sobre las CAR-T en términos de activación y expansión de ellas mismas una vez son ingresadas al organismo del paciente, pudiendo presentarse efectos adversos serios, descritos en por lo menos el 30% de los pacientes que han participado en estos ensayos clínicos, manifestándose como fiebre, inflamación, toxicidad neurológica, hipotensión (baja de tensión arterial) y muerte. Este efecto adverso, se conoce como “síndrome de liberación de citoquinas” y se produce como consecuencia de una activación descontrolada del sistema inmune ante la reacción frente al tumor y una carga tumoral alta. Aunque este efecto adverso es controlable con diferentes terapias, puede comprometer la vida del paciente.
Aunque existen actualmente varios tipos de CAR-T cells aprobadas para comercialización, su exorbitante costo, y la necesidad de infraestructura especializada para su elaboración ha dificultado la llegada de estas al país. Se calcula que el precio promedio de las CAR-T cells aprobadas para comercialización en Estados Unidos, Canadá y Europa está alrededor de medio millón de dólares, por lo que hasta la fecha no se ha contemplado su ingreso para comercialización en países de Latinoamérica. Esperamos que en un futuro no muy lejano estas barreras puedan sortearse para poder disponer de ellas en Colombia.
BONELL PATIÑO ESCOBAR, M.D
Especialista en Medicina Interna y Hematología
Scholar Visitor. Multiple Myeloma Research
Laboratory Department. University of California San Francisco.
Especialista en Medicina Interna y Hematología
Scholar Visitor. Multiple Myeloma Research
Laboratory Department. University of California San Francisco.