Las personas que ingresan a quimioterapia por enfermedades hemato-oncológicas, son pacientes que tienen alteraciones en las células sanguíneas, las cuales se encuentran disminuidas. El tratamiento de quimioterapia expone a los pacientes a varios riesgos que debemos reconocer como signos de alarma, para saber qué se debe hacer cuando se presenten. Para empezar, están los signos de alarma que se pueden presentar después de recibir la quimioterapia y ante los cuales sin dudar se debe acudir al servicio de urgencias:
Fiebre: Esta se cuantifica con termómetro y debe ser de 38.3. Se debe acudir al servicio de urgencias ya que al tener bajas las defensas, este signo puede indicar presencia de infecciones que deben ser controladas de manera rápida.
Vómito y diarrea: Para la quimioterapia aplicamos medicamentos que contribuyen con la aparición de estos signos, sin embargo, cuando se prolongan en el tiempo puede dar paso a complicaciones por deshidratación y llevar a un desorden hidroelectrolítico que debe ser tratado inmediatamente.
Sangrado: Ocurre por la baja de plaquetas y se debe prestar atención ya que puede generarse sangrado cerebral o en algún vaso sanguíneo grande que complique la situación del paciente, por ello, es importante acudir al servicio si se presenta sangrado por nariz, boca, heces u orina.
Dolor: Si bien algunos pacientes están medicados para evitar el dolor, se recomienda acudir al médico ante la presencia de un dolor muy fuerte, a fin de hacer la debida valoración y conocer el origen del mismo, así como dar el manejo apropiado.
Finalmente, es importante saber que antes de la quimioterapia algunos pacientes toman medicamentos, para ellos se recomienda que sigan las indicaciones del médico sobre la forma como se deben tomar, el momento del día indicado, así como conocer los posibles efectos secundarios que estos pueden generar, ya que las reacciones pueden generarse durante la quimioterapia. Frente a procedimientos como la canalización, se debe estar atento, ya que se aplican diversos medicamentos que generan reacciones en algunos casos normales, pero en otros inesperadas. Ante esta situación se debe informar al profesional de enfermería para su adecuado manejo.